Para preparar mi ponencia en las Jornadas organizadas por el Centro de Documentación Xenpelar tuve que leer bastantes libros de cuentos clásicos editados en euskera.
Por desgracia, la mayoría de los libros que acuden a nuestro encuentro no están escritos para ser contados, sino para ser leídos. Solo los cuentos clásicos, por su trasmisión de boca a oreja, poseen ya esta oralidad en su esencia.
Aun así, la mayoría de los cuentos clásicos (por no decir todos), nos llegan en la actualidad a través de textos escritos, lo que hace que hayan perdido muchas de sus características originales al no estar muchas veces este registro escrito a su favor.
Cuando buscamos un cuento para contar, instintivamente, elegimos uno que suene bien, que fluya el ser escuchado, que tenga música, porque los cuentos tienen mucho de canción.
Entre los libros que he leído he encontrado ejemplares de un extremo y de otro: en algunos, acaso al suponer que están dirigidos a público infantil, el lenguaje utilizado era muy sencillo y pobre, mientras que la historia estaba tan sintetizada que empobrecía el sentido de la misma.
Por otro lado, he tenido el placer de encontrar ediciones muy cuidadas en las que se recogen traducidas al euskera versiones originales de estos cuentos:
GERO-KIMU saila Grimm Anaien Ipuinak, 1990, traductor Juan Mari Sarasola
PAMIELA Grimm anaien ipuinak 1999, traducción de Genaro Gomez
En ellos he encontrado muy buen trabajo de traducción al euskera. Son muy apropiadas para documentarse y encontrar versiones originales de estos cuentos clásicos recogidos por los hermanos Grimm, a pesar de que, al ser textos más formales y literarios, resultan, en mi opinión, difíciles de leer en alto.
Como ya comentamos en la ponencia, el narrador tiene que sentirse con el derecho a alejarse de este texto original para contarlo con sus palabras, a no ser, claro está, que quiera leerlo en alto.
18 diciembre 2015, viernes