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En nuestra estantería Libros

Este magnífico libro de Fernando León de Aranoa me lo regaló una buena amiga que me conoce bien. Me sorprendió muy gratamente el estilo narrativo, ágil pero certero, de este cineasta tan conocido en el mundo del cine pero tan desconocido en los ámbitos literarios.

Como cuenta él mismo en la introducción del libro «…Los dragones del título yacen desde hace siglos en los mapas incompletos de la antigüedad, en los que el mundo terminaba allí donde lo hacía el conocimiento.(….) Aquí yacen dragones. Una leyenda que, acompañada de monstruosas serpientes aladas, advertía de la presencia, a partir de ese punto, de peligros desconocidos. (…) y, a la vez, una bella metáfora: donde termina el conocimiento, empieza la imaginación».

Una recopilación de pinceladas narrativas que despiertan la fantasía de quien las lee y que pueden ser el detonante para crear un sin fin de historias y cuentos en los que, irremediablemente también nos contemos nosotras. No puedo resistirme a escribiros dos de los muchos textos que tengo marcados:

El error de Arquímedes
La pequeña Masha, sumergida a media tarde en la bañera, con jabón y patitos de colores, desaloja una cantidad de agua por el suelo del cuarto de baño muy superior al volumen de su cuerpo pequeño. (página 41)

Las siete tumbas del Sr. Barea
En el cementerio de Calonge, cerca del municipio foral de Etienne, en la Provenza francesa, hay siete tumbas con el mismo nombre. En ellas están enterrados los siete hombres que fue el señor Barea: educado los domingos, pusilánime en los hospitales, capaz ante sus empleados, tierno con ella a solas, iracundo sin motivo, obstinado en el error y, frente a los débiles, débil. Su viuda le llora indistintamente ante ellas, dependiendo de a cuál de los siete hombres que fue su marido añore más. (página 21)

Un libro para tener en la mesilla de noche y, antes de dormir, leer de él uno o dos cuentos y  despertar así los sueños.

13 mayo 2014, martes

Bego Alabazan
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