Hace ya muuuchos años que la historia del libro «La niña que tenía sombra de sirena» de Laura Castañón (Edit. Júcar) me tocó el corazón. Desde entonces intenté contarlo de varias maneras (con la voz desnuda, con el libro, con momentos de juego con sombras….) pero no sentía que llegase al público con la magia que yo lo sentía. El tiempo, y lo urgente, me hizo arrinconarlo en una balda, en espera de un momento más propicio.
Hace un año, no recuerdo pinchada por qué fuerza, me animé a volver a intentarlo, esta vez con ayuda del lenguaje mágico de las luces y las sombras, por donde ya había hecho mis pinitos (ver Sombracuentos).
Así que busqué ayuda y asesoramiento en este arte que tanto me atraía pero en el que consideraba estaba muy «verde» todavía. En internet encontré los podcast de A la sombrita que me gustaban por su cercanía y claridad. Miré dónde se ubicaba esta compañía y vi que eran de Écija, Andalucía. No me lo pensé mucho y mandé un mensaje a Jose Diego Ramirez, sombrista y artista encargado de “A la sombrita”, con una duda técnica, a la que respondió muy amablemente. Era el 26 de marzo del 2019.
Pero fue en marzo de cuatro años después, en 2023, cuando comencé a plantearme seriamente que podría , ¡por fin!, montar la sesión que tenía en la cabeza dándome vueltas, con ayuda de este profesional tan rodado en estas lides sombristas. Se lo planteé y, aunque no solía hacer este tipo de dirección técnica en obras de otros artistas, accedió a dirigirme en la elaboración del Guión Técnico. Comenzamos así a mandarnos material para ir dándole forma (texto narrativo, story board, diseños de títeres, guión técnico 1, 2, 3, 4…).
Gracias al Drive compartimos material e íbamos modificandolo y depurándolo, mientras nos comunicábamos más o menos cada 15 días vía Zoho en videollamadas.
Entremedias, desde Pagoa Hezi Elkartea me dieron la sorpresa de invitarme a formar parte de el Directorio de compañías y profesionales del teatro de títeres y objetos de Euskadi- «¿yo titiritera?» me preguntaba sorprendida.»¡pues claro que sí!» me respondí.
Nos vimos por primera vez «en vivo y directo» José Diego, Luz y yo en octubre, en el Festival de Títeres de Zaragoza de 2023, en plenas fiestas del Pilar.
Luego fui una, dos y hasta tres veces a su CRAI- Centro Rural de Artes Interpretativas-Teatro “Salita Pocas Luces” ubicadas en la colonia de El Villar de Fuente Palmera (Córdoba), donde tienen una casa familiar acondicionada perfectamente para hacer preparaciones y actuaciones de espectáculos de sombras con residencia.
Porque, después de afinar el guión, llegó la escenografía, en donde me ayudó Iñaki Etxeandia (constructor de estructuras artísticas imaginadas) a hacer mi preciosa y recia mesa customizada con imancitos y bisagras aquí y allá, junto con la estructura de focos (¡qué tengo 7 para controlar!)
Y después, ¡claro!, había que ponerle música y ahí llegó Sulpicio Molina, compositor, que nos hizo la banda sonora con los efectos y música original para el espectáculo.
El asunto no paró ahí, que luego vimos la conveniencia de trabar mi voz y ahí entró Silvia Nuño, actriz de doblaje, docente y entrenadora vocal en Lavozdelpersonaje, que me ha ayudado a buscar las voces de mis personajes dentro de mí misma. Una búsqueda muy divertida, la verdad.
Para entonces José Diego y Luz de «A la sombrita», con un envidiable sentido empresarial y comercial, ya me habían encontrado varias Residencias Técnicas para trabajar con el apoyo de diferentes entidades del campo de Teatro de títeres como el TX Bilbao, el Topic de Tolosa y el Teatro Coliseo de Palma del Río, en los que durante los meses de verano he ido afinando más y más este espectáculo.
Y¡ hasta consiguieron que me incluyeran en la programación de la 43ª Edición del Festival Internacional de Títeres de Bilbao!, jugando en casa!
También forman parte fundamental de este proyecto que ya es una realidad los otros dos integrantes de Alabazan: Pedro, que me hará el apoyo técnico con la música y Joaquín, que me seguirá haciendo (espero) el apoyo anímico que tanta falta hace en estas «carreras de fondo».
Así este proyecto, que empezó en pequeño, se nos ha ido agrandando y puliendo para hacerse más limpio y brillante, tanto que a mi me parece una perla: pequeñito, redondito, brillante, precioso y muy muy valioso.
Y, después de tantos meses de trabajo, de tantos ajustes y reajustes, de tanto ensayo, de momentos de desánimo e ilusión, de altos y bajos, de luces y de sombras… por fín! el próximo 19 de noviembre, llega el estreno oficial de este proyecto que, confío y sé, está solo al principio de su recorrido.
Ahora me queda prepararlo en euskera, promocionarlo y seguir buscando, como dice mi «dire», la excelencia.
¡Ahí vamos!