Lo dicho: a la anochecida nos divertiremos compartiendo historias erótico-festivas, celebrándonos en plena efervescencia estival.
En este viaje tan especial y calentito pasaremos al otro lado de la puerta gracias al poder de las palabras, las miradas, los gestos y, sobre todo, la imaginación. Mirando a través de la cerradura, podremos ver lo que nos intenta ocultar.
Venid a mirar y a escuchar, y luego, permitid que vuestro cuerpo siga el camino que vuestra imaginación ha emprendido.